lunes, 22 de marzo de 2010

muy demasiado



Esta será la última vez que la vea y estoy decidido a eternizar la tarde frente al Mar de Grau. No importa qué estamos haciendo, importa que esta será la última vez. Intentos anteriores fallidos: capturar lunas llenas en vasos con agua (quedó demostrada su efímera efervescencia) y domesticar palabras atrevidas en primaveras febriles. Nada se concretaba, pero siempre nos quedaba el sol y estas pieles cálidas al atardecer, registros que ella llama la ideal temperatura epidérmica mientras atrapaba todo en una vieja Cannon cargada de risas en un cuadro demasiado Tumblr-card. Todo me era muy demasiado.

Y acá vamos, low fidelity en mi setlist interno ahora que recordaré esto, quizás en otro cuerpo, como un ejercicio de consuelo, regresión y reflexión de nunca acabar. Nubes grises siempre habrán y se moverán con el tiempo. Algunos lo llaman madurar (discreta forma para referirse a los hechos más cagados de nuestra vida) para mi es hacer el gonzo en tu propio reportaje y el mío trata sobre la mujer que un día tengo a mi lado y que al día siguiente no me tendrá.
Como la que hoy me acompaña.
Entierra sus dedos en la arena, disfruta un sauvignon blanc en delicioso maridaje con porro y la mirada se le pone coqueta en medio de una calidez de armonía cromática. Demasiada perfección para una despedida digna de tener peli y canción para que las futuras generaciones la disfruten en obsoleto HD, como quien mira la foto de sus abuelos en sepia, cuando todo era realmente romántico y no habían software, wiki, ni cableado en el amor. Sólo el aire.
Cuando las risas dieron paso al silencio le dije mirándola una ultima vez- para que no me olvides, voy a eternizar el momento.
Y me perdí en el mar.

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