miércoles, 29 de septiembre de 2010

autopertenencia

Su cuerpo se puso rígido y el tiempo dejó de ser tal. Importa dónde está? Ni ella misma lo sabe.
Bajo su piel, un torrente de calor/color le ofrecía un nuevo sabor de vida. Cosquillas. No, dedos. Labios quizás, haciendo círculos sobre su vientre. Un millón de vidas elevando sus manos alrededor, en una especie de danza pagana. Suspensión, ausencia de gravedad. Extravío entre sus dedos, sensación de ser divina. Llovía en ella, un torrente generoso trayendo voces que cantan sobre  un renacimiento, una deliciosa purificación. Arribo a la santidad; nada humano habitaba dentro entonces.
Reír sin sonreír, sentir sin tocar. Pérdida de carne, sexo y edad. Consciencia de ser dios elevado a la sublime potencia. No se escuchaba respirar, pero sentía que el aire la atravesaba violentamente.
Sin decir palabra dictaba claramente: no soy, no estoy, me doy.
Se reconoció, saciándose de su nueva condición, intentando eternizar el viaje, ordenándole a sus dedos no perder la ruta. Engullía el momento con todo y su nombre, en un espacio donde no hay piedad ni verguenza. Sus párpados amortajaban pupilas feroces queriendo escapar. Era voraz.
Luego, el vértigo abrazó la paz y reconoció a lo lejos el factor humano acercándose en slow motion. Anatomía y alma se estrellaron tiernamente.
Intentó resistirse, pero a cambio obtuvo traviesos espasmos.
Recuperó su piel, recuperó su nombre y reconoció su corazón. Registró algo parecido a su primera llegada al mundo. Lo confirmó cuando abrió los ojos y vió otra vez la luz.
Cuando bajó al comedor a cenar, sintió que todos alrededor sabían lo que había hecho. Tensión casera.
Registró miradas y gestos como navajas heladas. Mamá lucía firme como un tótem. El más pequeño tenía un aura de inquisidor. Nuevamente calor en la piel. La mesa entonces ya era una hoguera.

Papá preguntó dulcemente - qué tanto hacías arriba que no bajabas a comer?
Ella se encogió de hombros sin despegar la mirada del diseño de líneas rojas que adornaban el borde del plato.
Luego dijo para si - …quiero más.

... 
Nota: versión corregida y aumentada.

jueves, 23 de septiembre de 2010

buena mano


Nos mirábamos por largo tiempo con tensión y en silencio. Esa sensual tensión.
Ella suele referirse con excitante cháchara al brillo de los ojos cuando se incendia el cuerpo por deseo o algo que pertenezca a una dimensión emocional. Ese maldito brillo,  firme y activo, generando infinidad de códigos que atacan directamente las debilidades del otro. Sublime guerra.
Sentados  frente a frente, nos separa el área que tiene la pequeña mesa. Practicamos ese juego contemplativo. Se trata de no parpadear y sonreír  malévolamente. Emitiendo todo tipo se señales, evitamos la dispersión de la capa lagrimal por toda la córnea mientras la vida hierve alrededor. Qué más da, ya es primavera. Nos va un tinto? Estamos llenos de vinos baratos pero amigables. No hay vino malo; hay vino que no gusta. Tampoco hay copas limpias, pero siempre hay copas rotas, como esas benditas Riedel  que siempre compramos y siempre rompemos y mientras revivimos aquellas borracheras de Riedels destrozadas, se  acomoda lentamente la tirita del polito rock'n'roll que luce (sabe perfectamente que un polo de Ramones, Motorhead o Clash por ejemplo,  en ella siempre me mata). Regala hombro, regala un poco de muslo. Se mete la falda veraniega entre las piernas y es fácil pensar que esa coreografía calculada seguro volvía  locos de deseo a más de uno de sus tantos amigos bisexuales que la querían besar y a la vez, volvía loca de envidia a todas las amigas que nunca tuvo (ni tendrá). Brindamos porque está bueno brindar y repite eso de dejar que la lengua toque la copa antes que los labios. Divina maña. Y al sabor de esa cepa que disfrutamos sin quitarnos los ojos de encima, ese vino que  llega a nosotros tras una vida noble;  primero fruto, creciendo al cariño del astro rey, sintiendo el viento fresco, la luz de los atardeceres, como su piel en los atardeceres en El Silencio, borrachos otra vez y jugando a las miraditas hasta que todo lo que nos cubre es naranja. Y al sabor de esa cepa haciendo que se abra un nuevo tema ( in vino veritas) entonces le cuento que cuando paseo por el malecón en mis alegres resacas y me cruzo con los muchachos de la promo, todos ellos en buzo (ese  uniforme oficial del casado aburrido), con caras de aburridos, llevando un coche con un bebe que chilla de aburrido y al lado de su enorme humanidad íntegra, al lado de esa panza prominente, de esa calvicie galopante, de esas ojeras de esposo aburrido, una mujer igual de aburrida, con un buzo parecido, unas ojeras parecidas y una panza parecida, todo en aire de familia. Qué linda es la vida no?
Y entonces dice - eso pasa porque él no tiene buena mano, es porque ella no tiene buena mano - y toca otra vez  con su lengua el borde de la botella de chela antes que sus labios toquen el resto, y mirándonos brindamos, rodando por Miraflores cualquier fin de semana, sin hora y en resaca alegre, como dos ángeles reciclados en Lima la salvaje.
Así que ahora, tras tantas vueltas, seguimos con los mismos juegos, los mismos vinos baratos, las mismas Riedel rotas, mirándonos y regalándonos entre nos un poco del otro, en este tango primaveral donde  me aplasta la certeza que nuestras miradas parecen ya mismo un puto Koh-i-noor de 78  putos quilates de magnificencia,  y cuando viene el brindis, sin sacarme esa  mirada-joya, al fin parpadea, luego me mira bien fijo todito y me dice - ....sabes, yo si que tengo buena mano.

Tras asaltar la noche para ambos,  abusando de tiempo, beso y piel, desperté repentinamente.
El cielo seguía sin definirse a las 5:17 am. Achaques de cielo limeño. Ella dormía indefensa y tentadora. Tras el fugaz deleite de mis ojos, fui al baño y encendí el foco ahorrador.
Mientras orinaba me observaba desnudo en el espejo. Estoy buenísimo - dije en voz baja.
Luego lo repetí no tan bajito y sonreí.

...

martes, 21 de septiembre de 2010

Friday i’m in Love-Luv


La energía que se sentía en el cuarto 323, el humor en el ambiente, las huellas de manos sobre el espejo de la pared y unas manchas oscuras en el tapizón llevaron a pensar que tal vez minutos antes  ahí se había consumado un encuentro con más palabras sucias que frases de amor. Demasiado caos, copas y rastros de una mega-gozadera adornaban sin la menor sutileza el recinto. Completando el cuadro, las sábanas tenían impresa esa reconocible caligrafía de la primera vez. Nada especial.

Aquel matadero albergaba nativos sexuales de diferentes especies y no todas las parejas que llegaban a buscar refugio amatorio vivían un amor puro, bueno y convencional, eso queda claro.
Al huésped (que llamaremos cariñosamente J.)  le tomaron 2 minutos cerrar las ventanas, llamar a recepción y pedir dos rones con Coca Cola. Sintonizó Canal Venus y esperó pacientemente a su companía.
Le tomaron otros 13 minutos terminar las dos copas y 14 minutos adicionales sentir que alguien golpeaba la puerta. Cambió Venus por Friends y subió el volumen. Recibió a su compañía, pidió dos rones más y se quedó en la habitación por casi una hora.

A pesar de  las motivaciones y frecuencia de visita a ese conocido telo frente al mar, J. piensa que su caso no representa un patrón que deba ser considerado como una parafilia (del griego παρά, pará: ‘al margen de’, y φιλία, filía: ‘amor’) ya que está seguro que su placer efectivamente radica en la cópula y el sentimiento, no en una actividad inusual o bizarra para llegar al orgasmo. Sin embargo, un detalle encontrado en su diario (página 34, renglón 5)  llama curiosamente la atención.
Lo reproducimos:  " la Virgen que Llora existe, cada vez que se rompe un hímen".



...

martes, 14 de septiembre de 2010

una sesión


- Estoy lista, pero si pudiera poner todas esas imágenes en una película y esta consciencia del tiempo sola, sería más fácil hacer un envío que obligarme a escuchar en off esta voz distorsionada por la caja de resonancia de mi cráneo. Pero bien, estoy lista para desenmascararme. Cómo se mueve todo? Tras una noche haciendo justicia urbana despierto con un rayo de luz que se filtra por el inútil y obsoleto black out de mi guarida. Vivo sola. Bajo a la tierra desde el medio metro que separa la vida  de mi cama. Viajo al baño, ese impecable lugar ultra-seguro en caso de hecatombe. Primero me reconozco en el espejo y observo cómo la muerte hace su trabajo; una nueva arruga por ahí, una cana por allá, flacidez epidérmica.Soledad, lo dije. Tras abandonar la coraza, llega el agua fría creando luces que después no se pueden apagar. Mi orina en la ducha tiñe de amarillo la mayólica.Aquellos restos mortales que mi soledad protege celosamente me devuelve (y recuerda)  mi humanidad indefensa. Luego viene un día aburrido como todos, con mi falsa identidad  expuesta al planeta hasta que llega la noche. Entonces, nace la heroína. Desde cuándo? desde muy niña.  Nació  justo cuando caducaba la licencia de mi padre para ser un héroe. Descubrí que como todo villano tenía también una identidad secreta. Lo viví en plena maldad. Supe que tarde o temprano las identidades son descubiertas, se caen los antifaces, los artificios se desvanecen, las capas ya no funcionan, no tienes poderes y el abismo nos recibe.Entonces toca renacer. Bastó aquel villano en un capítulo de mi vida como ciudadana para luchar contra todo lo que hiere. No con canciones lacrimógenas o vengativas, no con talk shows a puño y patada, no con artículos que denuncien que todosloshombressonunabasura. No. Luchar de verdad contra esa abusiva hombría castrante. Tampoco nada de teorías o actos fallidos. El mundo ya tuvo una Valerie Solanas. SCUM fue puro bluff, una patraña en pro de su ego. No.Cuando me pongo el traje de heroína y me expongo a la maldad de la noche, cuando reconozco entre el humo a cada villano perfumado de perversión, acosando, seduciendo, intentando consumar su carnal fechoría, entonces llega el tiempo de la justicia. El acto sublime de esa venganza que los titulares comentan, que altera a toda la sociedad, que se difunde en foros, hospitales, comisarías. Ese "cómo se puede llegar a tanto?" . Usted lo sabe. Ha visto las fotos. Ha visto las noticias verdad?. Usted sabía que podía continuar, por eso estoy aquí. La verdad, añoro esas noches, el empujón del pasado, el coctel de soledad y la firma artística de mi acto vengador sobre el castigado, tanta entrega para luego amanecer  con la luz otra vez, reconociéndome frente al espejo, orinando en la ducha como una mortal, recordando aquel primer villano que me creó e hizo que durante el día Marcelo pueda ser un apacible contador y al anochecer emerja Marcela, la letal heroína, la llamada para exterminar a todos aquellos villanos en cuyo rostro veo la expresión del primer villano que hubo de toda mi carrera, ese que nunca pude matar.
Si es todo por hoy, puedo ir a mi habitación?

...

domingo, 12 de septiembre de 2010

shiny happy people


No hablo de romanticismo. Hace tiempo perdí esa capacidad de mezclar la divina dulzura con la carne viva. Lo siento. Es como pretender seducir a Asia Argento con flores y bombones. O quién sabe, por ahí le gustan más que las navajas. Y menciono a la obra maestra de Darío Argento por aquello de Live Fast Die Old, sensualmente cantada junto a Munk que estuvo sonando en mi cabeza en salvaje loop (para más disfrute pleno  http://www.youtube.com/watch?v=v0hmT9jKOrI).
Por entonces vivía en tiempos alejado de fresas y rosas, un espinoso espiral con fuga y nightclubbing lorcho, melena y jean poto-sucio,  la búsqueda de aquello de "no sabes lo que quieres pero lo quieres ya". Conocía mucha gente que quería ser Rimbaud, muchas chicas que querían ser Morrissey. Yo me descomponía escribiendo slogans y quería ser nadie.  Y dentro de ese chapter, inevitablemente ella, tú, one of us.
No viene al caso de dónde salio. La pudo haber parido mi imaginación, la paja de la mañana. Qué importa. A mi propia Argento no le gustaban las navajas; para eso prefería una buena lengua y eso vale como navaja verdad? Lo supe desde la noche cero. Yo había perdido el ritmo tras varias copas y muchos some velvets mornings, esperando las mismas canciones entre toda esa gente transpirada, chicos hermosos vestidos con retazos de Gamarra, zapatillas coloridas y anteojos de plástico rojo comprados frente al Congreso de la República. Gente linda, pipolita, todos  en el mismo plan fuga.  Nos rodeaban con sus flashes en pose Polaroid, onda chic en una ciudad de pezuñentos. Hacía calor. En este país, cuando la gente suda huele a condimento - dijiste. Nos reímos mucho hasta la siguiente canción, otro hit españolete del local. Traté de recordar si había almorzado.  Ensayé despegarme de su cadera  con unos parpadeos y  fui por una cerveza. Me interné en el pulso de aquella jungla húmeda e infernal .Choqué con una japonesa con un tattoo de Felix The Cat sobre la teta derecha y dos niños con rímel. Me saludó gente que no pude reconocer. Me froté contra otros bailes. Al segundo siguiente, su figura frente a mi establecía mi feliz retorno. Tiempo suspendido y ambos centrados en el plano como una portada de disco. Qué hacías antes de mi?- preguntó. Buscarte - dije. Sonrió y me rozó la jeta. Olía a cerveza Cristal. En este antro solamente vendían esa cerveza de pueblo. La gente persigue todo lo que brilla - dijo tras el sorbo - pero yo soy la excepción; persigo todo lo que me hace brillar. Entonces Asia Argento era cualquier invaZorra porque aquella navaja mía ya se batía gallarda tras las puertas de sus labios, plena y agradecida de intercambiar poderes.
Cuando no quedó ningún vampiro púber sobre la pista y en la barra, escapamos y nos llevamos la noche. Sin registro del ayer hice un intento final por recuperar mi romanticismo. Fallé al primer mordisco así que le propuse crear dos repúblicas independientes sobre la cama e iniciar entre los dos una especie de guerrita. Viviremos rápido y moriremos viejos - le canté al oído.
El cuarto era frío. El cuarto era feo, pero qué bien nos veíamos reflejados en el espejo.
Había como una especie de brillo.

...