domingo, 12 de septiembre de 2010

shiny happy people


No hablo de romanticismo. Hace tiempo perdí esa capacidad de mezclar la divina dulzura con la carne viva. Lo siento. Es como pretender seducir a Asia Argento con flores y bombones. O quién sabe, por ahí le gustan más que las navajas. Y menciono a la obra maestra de Darío Argento por aquello de Live Fast Die Old, sensualmente cantada junto a Munk que estuvo sonando en mi cabeza en salvaje loop (para más disfrute pleno  http://www.youtube.com/watch?v=v0hmT9jKOrI).
Por entonces vivía en tiempos alejado de fresas y rosas, un espinoso espiral con fuga y nightclubbing lorcho, melena y jean poto-sucio,  la búsqueda de aquello de "no sabes lo que quieres pero lo quieres ya". Conocía mucha gente que quería ser Rimbaud, muchas chicas que querían ser Morrissey. Yo me descomponía escribiendo slogans y quería ser nadie.  Y dentro de ese chapter, inevitablemente ella, tú, one of us.
No viene al caso de dónde salio. La pudo haber parido mi imaginación, la paja de la mañana. Qué importa. A mi propia Argento no le gustaban las navajas; para eso prefería una buena lengua y eso vale como navaja verdad? Lo supe desde la noche cero. Yo había perdido el ritmo tras varias copas y muchos some velvets mornings, esperando las mismas canciones entre toda esa gente transpirada, chicos hermosos vestidos con retazos de Gamarra, zapatillas coloridas y anteojos de plástico rojo comprados frente al Congreso de la República. Gente linda, pipolita, todos  en el mismo plan fuga.  Nos rodeaban con sus flashes en pose Polaroid, onda chic en una ciudad de pezuñentos. Hacía calor. En este país, cuando la gente suda huele a condimento - dijiste. Nos reímos mucho hasta la siguiente canción, otro hit españolete del local. Traté de recordar si había almorzado.  Ensayé despegarme de su cadera  con unos parpadeos y  fui por una cerveza. Me interné en el pulso de aquella jungla húmeda e infernal .Choqué con una japonesa con un tattoo de Felix The Cat sobre la teta derecha y dos niños con rímel. Me saludó gente que no pude reconocer. Me froté contra otros bailes. Al segundo siguiente, su figura frente a mi establecía mi feliz retorno. Tiempo suspendido y ambos centrados en el plano como una portada de disco. Qué hacías antes de mi?- preguntó. Buscarte - dije. Sonrió y me rozó la jeta. Olía a cerveza Cristal. En este antro solamente vendían esa cerveza de pueblo. La gente persigue todo lo que brilla - dijo tras el sorbo - pero yo soy la excepción; persigo todo lo que me hace brillar. Entonces Asia Argento era cualquier invaZorra porque aquella navaja mía ya se batía gallarda tras las puertas de sus labios, plena y agradecida de intercambiar poderes.
Cuando no quedó ningún vampiro púber sobre la pista y en la barra, escapamos y nos llevamos la noche. Sin registro del ayer hice un intento final por recuperar mi romanticismo. Fallé al primer mordisco así que le propuse crear dos repúblicas independientes sobre la cama e iniciar entre los dos una especie de guerrita. Viviremos rápido y moriremos viejos - le canté al oído.
El cuarto era frío. El cuarto era feo, pero qué bien nos veíamos reflejados en el espejo.
Había como una especie de brillo.

...

8 comentarios:

  1. Valio la pena esperar desde marzo. Buen relato.

    Bienvenido de vuelta a los blogs.

    ResponderEliminar
  2. cuando sea grande, quiero escribir como tú.

    ResponderEliminar
  3. Me gusta como escribes....
    Un abrazo
    BB

    ResponderEliminar
  4. jaja, buenazo.
    Pasiones de prisa, veloces encantos, brillos y luces... y luego... y luego nada, lo que importó fue aquello.

    saluos!!
    (te agrego a mi google reader. y vaya que llevabas tiempo desaparecido!! =P )

    ResponderEliminar
  5. Se me ocurre sólo una pregunta ¿puedo ir de tu parte al hospedaje aquél?

    ResponderEliminar
  6. No creo que haya un arma más poderosa que una buena lengua inteligente. Me gustó la onda mordaz del post.

    Gracias por tu visita!

    Abrazos!

    ResponderEliminar